Ya sea de día o de noche, los viajantes que van o vuelven a la ciudad, están propensos a degustar uno de los sándwiches que le puede brindar alguna de las parrillas que están cerca de la Estación de trenes. Pero el mayor problema no es el humo o el olor, si no que los parrilleros no apagan las brasas.

1 y 44, es una de las zonas más transitadas de la ciudad, de día o de noche, quienes van o vienen, o aquellos que quieren ir al Turf o acercarse a los fichines del Bingo Platense. Son posibles clientes de aquellos parrilleros que se ubican estratégicamente, para saciar el hambre de quienes circulan por la acera de esta zona.

Pero el Control Ciudadano que opera en el sector pasa por alto al menos cuatro parrillas clandestinas que están ubicadas en distintos puntos de la diagonal 80, aunque el problema no es por lo que venden sino de qué hacen cuando deciden volver a casa.

Los vecinos de la Estación se quejan de que los parrilleros no apagan los fuegos que provocan, además arrojan sus brasas junto al paredón que da sobre avenida 115, dejándolos en la mayoría de las veces prendidos.

“Montañas de cenizas dejan en 115, yo dejaba el auto ahí pero tengo miedo que me lo prendan fuego, prefiero que me lo roben a que me lo quemen porque si es parcial el seguro no me lo cubre”, comentó un vecino de la cuadra.

Además este vecino contó que “esta gente se está ganando el mango porque no tienen para comer, se les dice, pero por ahí no entienden el riesgo que nos hacen correr a todos, acá hay mucha gente grande” y cerro disparando que “La Municipalidad mira para otro lado y la policía menos se preocupa”.